UD : ORGANIZACIÓN DE LA EMPRESA

Thursday, November 10, 2005

TEXTO ACTIVIDAD 11

Texto propuesto para la actividad número 11:

“Conferencia del coach Héctor Bohórquez”

Hace unos días, dictaba una conferencia a los profesores de una universidad de la frontera sur de Ecuador. Me encontré con un público exigente y experimentado, como era de esperar. Dado que el pedido que se me hizo para enfocar el tema era el de “trabajar”, me solicitaban que enfocara la charla en el por qué trabajar, cosa que me parecía que debería sobrar ya que todos eran gente capaz, con mucha experiencia y buena posición. Sin embargo, la mayoría estaba sufriendo de algo que es contagioso: el desamor por lo que se hace. Les dije:

El amor es el toque secreto para convertir un trabajo en un estilo de vida. El amor hace que tu trabajo sea tu mayor distracción; no se puede concebir a un profesional exitoso y próspero sin felicidad en su corazón, sería como un esclavo de su obra, y no un amo de su prosperidad.

Ese amor con el que los seres extraordinarios que trascendieron en la historia, plasmaron en sus obras y las convirtieron en obras de arte; imagínense a Da Vinci sin pasión por su trabajo. Ese desamor por nuestro trabajo nos hace mediocres con resultados mediocres, por lo tanto nuestros ingresos son mediocres y vives una vida de mediocre culpando a tu suerte o al sistema.

Le escuché a un conferencista y escritor colombiano decir algo absolutamente cierto. Se refería a los estudiantes de química de una universidad; les decía: “No hay nada más peligroso que un profesional sin amor en su corazón. Porque un ingeniero químico con todo ese conocimiento sin amor puede ser el genio que construye bombas, ingenia fórmulas para destruir”.

De la misma forma se aplica a un zapatero como a un director de empresa; un gerente sin amor por lo que hace, jamás cumple metas, sencillamente no lo hace con pasión. Darle las herramientas, incentivos económicos, instalaciones adecuadas y descuentos en el producto, es tejer en el vacío; sencillamente su factor humano no es apto, porque tiene conocimiento pero no tiene amor por lo que hace. No sufre por lograr el triunfo.

Un vendedor que no ama su trabajo es un perdedor con sueldo. Un trabajador de atención al público que no ama lo que hace es una persona con mala cara, que se queja a diario y se levanta cada día para hacerle un mal a su empresa.

Sencillamente: ¡Ame lo que hace!

A mi padre le encantaban los artefactos eléctricos. Recuerdo haber observado cómo se le iluminaba la cara y comenzaba a hablar de otra manera siempre que describía una televisión o recordaba la reparación favorita que había hecho. Durante casi quince años, había estado trabajando en su taller de reparación de electrodomésticos haciendo lo que más le gustaba, y haciéndolo honestamente.

Cuando era niño, yo tenía la oportunidad de verlo tratar con sus clientes y de ser testigo del valor de la honestidad y de la recompensa por el trabajo duro. Cada sábado en la mañana, me llevaba a su taller y me mostraba en qué estaba trabajando. Me explicaba las reparaciones que estaba haciendo, las técnicas, las herramientas y el asunto comercial. Yo no entendía la mayoría de estas cosas, pero en realidad tampoco tenía que hacerlo. El observar el brillo en sus ojos siempre que se emocionaba después de mostrarme algo nuevo y el ver la sonrisa en su rostro cuando arreglaba algún problema, era más que suficiente. Mi padre amaba su trabajo y por eso era el mejor; pero lo más importante: era feliz.

Su pasión por la vida inspiró mi propia pasión por la mía, y finalmente la cambió. Su ejemplo me enseñó cosas que nunca pensé que sabría, y me hizo enseñarme a mí mismo a ser mejor persona. Era más que mostrarme electrodomésticos; era mostrarme cómo vivir.


Aportado por: Héctor Bohórquez. Coach diplomado en Marketing.